www.elmundodeporte.com.- Por mucho que digan que perder un partido viene bien, donde esté una victoria que se quite toda derrota constructiva. España logró, no sin sufrimiento, un pleno de victorias en sus partidos de preparación para los Juegos de Atenas. Esta vez, Argentina fue la encargada de esgrimir todo el potencial del que es capaz el combinado español.

España, sin ser su pretensión, había malacostumbrado a la afición española deleitándola con sobrados triunfos ante selecciones del potencial de Serbia o Grecia. Argentina se presentaba como la prueba de fuego para aceptar la euforía camino del oro o despertar del sueño y volver a asimilar el ser uno más del montón. El ser el último test antes del viaje a la capital helena pareció nublar la mente de los españoles. Con un juego marcado por la imprecisión y la ofuscación en ataque, Argentina abría brecha en el luminoso a base de saber mover con más pausa y sapiencia. Se acabaron los partidos de 'pachanga' y las pruebas, la competición esperaba a la vuelta de la esquina, y Argentina fue la que mejor lo asimiló.

En Argentina la conexión Oberto-Scola martirizaba una y otra vez a la defensa española, incapaz de ponerles freno. Mientras, desde el perímetro Ginóbili, Montecchia, Wolkowiski y Nocioni no daban tregua al aro español, rozando el 75% de acierto desde el perímetro. Con ese porcentaje el partido se ponía muy cuesta arriba.

Las piezas no terminaban de encajarle en el puzzle al bueno de Mario Pesquera, y optó por hacer uso de las rotaciones. Si con el teórico quinteto inicial las cosas no salían (Gasol, Calderón, Navarro, Garbajosa y Jiménez) era la oportunidad de los Rudy, Reyes, Comas,... La cosa parecía tomar otros derroteros más favorables, pero el perímetro argentino y la portentosa conexión Oberto-Scola, truncaban todo atisbo de reacción.

Cuando más se sufre es cuando uno tiene que demostrar la casta de campeón. Y así lo hizo España. Creciéndose en la adversidad, supo renacer cuando el partido se ponía más cuesta arriba. Con una defensa más seria y agresiva, y moviendo el balón con la inteligencia y paciencia mostrada en los encuentros anteriores, la ventaja argentina se iba dinamitando. La llegada de Navarro y Garbajosa al partido, a quienes se les esperaba con urgencia, y el gran partido de Gasol (26 puntos) terminó de catapultar la victoria española. Reyes, nada que ver con el de Grecia, fue otro de los importantes.

Al final, victoria sufrida, de las que mejor saben. Los Juegos ya están aquí y la selección española no ha podido dejar mejor impresión. La selección está preparada para lo que le espera en Atenas. Argentina está preparada para lo que le espera en Atenas. El podio olímpico es una meta posible para ambos equipos.