El Tau asalta Vistalegre e iguala al Madrid en la clasificación
El Tau Cerámica se llevó el triunfio del Palacio de Vistalegre al imponerse al Real Madrid (69-74). El Tau logró igualar los catorce puntos de diferencia que consiguió el Madrid en el Buesa Arena al término del primer corte (10-24) y, poco después, los superaba con gran autoridad (16-35). Los hombres del serbio Bozidar Maljkovic sólo habían sido capaces de anotar dos canastas en juego, habían desperdiciado un buen puñado de tiros libres y el Tau sacaba petróleo de los rebotes largos y del juego de transición. Los vascos dominaban a lo largo y ancho de la pista, sin discusiónLa reacción comenzó por la constante pelea de Hervelle en el rebote, defensivo y ofensivo. Siguió por el afianzamiento de Elmer Bennett en la dirección y acabó en la reaparición de ese Madrid que sabe manejar el 'tempo', que sabe desenvolverse en los ataques posicionales con la efectividad del perímetro
El partido cobró otro aspecto. Bajó el ritmo, aumentaron los ataques largos y los locales, que no habían visto una sola ventaja favorable, lograron rebasar al equipo de Ivanovic por primera vez en toda la tarde a falta de un minuto para el final del tercer cuarto.Faltaba por dirimir la identidad del vencedor. En ese debate participaba de pleno derecho el equipo vitoriano y lo ganó con una tanda final de argumentos propios y ajenos. Los propios los aportaron José Manuel Calderón, cuya dimensión como jugador pasea por cotas muy altas, la efectividad de Macijauskas y la consistencia colectiva. Los ajenos surgieron de la mala suerte blanca en algunos lances y de la mala gestión de una serie de posesiones clave.
El partido cobró otro aspecto. Bajó el ritmo, aumentaron los ataques largos y los locales, que no habían visto una sola ventaja favorable, lograron rebasar al equipo de Ivanovic por primera vez en toda la tarde a falta de un minuto para el final del tercer cuarto.Faltaba por dirimir la identidad del vencedor. En ese debate participaba de pleno derecho el equipo vitoriano y lo ganó con una tanda final de argumentos propios y ajenos. Los propios los aportaron José Manuel Calderón, cuya dimensión como jugador pasea por cotas muy altas, la efectividad de Macijauskas y la consistencia colectiva. Los ajenos surgieron de la mala suerte blanca en algunos lances y de la mala gestión de una serie de posesiones clave.