Si nos fijamos solamente en el resultado, puede parecer que los nuestros hicieron un partidazo, pero nada más lejos que esto.

La primera parte fue bastante acertada, donde cada uno cumplia con su trabajo, pero vino la seguna parte y estábamos más pendientes del marcador que de jugar nuestro partido y esto se tradujo en un pésimo ¿baloncesto?.

Debemos felicitar al Molinar porque a pesar de verse con el acta cerrada cuando todavía faltaban dos periodos y medio, siguieron luchando como jabatos, dándoles una lección a los nuestros de que el partido se juega hasta que el árbitro pita el final.